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En un mundo donde la diversidad brilla con fuerza, la identidad de género y la orientación sexual son dos aspectos fundamentales de quiénes somos. Estos conceptos, aunque interrelacionados, son distintos y merecen ser explorados con respeto y comprensión.
La orientación sexual es diferente al género y a la identidad de género. La orientación sexual se refiere a quién te atrae y hacia quién sientes atracción romántica, emocional y sexual. Mientras que la identidad de género no se trata de hacia quién sientes atracción, sino de quién ERES: hombre, mujer, transgenero, etc.
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La identidad de género se refiere a la forma en que una persona se siente internamente con respecto a su propio género.
Esta identidad puede o no coincidir con el sexo asignado al nacer. Algunas personas se identifican como hombres o mujeres, mientras que otras pueden sentirse más cómodas en espacios no binarios, género fluido, agénero, o en otras categorías que desafían las normas tradicionales. La autenticidad en la expresión de nuestra identidad de género es crucial; cada individuo tiene el derecho de definirse a sí mismo y vivir esa verdad sin temor al juicio o la discriminación.
Esto quiere decir que ser transgénero (sentir que el sexo que te asignaron al nacer es diferente al género con el que te identificas) no es lo mismo que ser gay, lesbiana o bisexual. La orientación sexual se trata de con quién quieres estar. La identidad de género se trata de quién eres.
Por otro lado, la orientación sexual abarca la atracción emocional, romántica o sexual que una persona siente hacia otros. Esta puede ser hacia personas del mismo género (homosexual), del género opuesto (heterosexual), de múltiples géneros (bisexual), o puede asumir formas más fluidas y variadas, como se observa en las identidades queer o pansexuales. La orientación sexual es una parte intrínseca de la experiencia humana y, al igual que la identidad de género, debe ser respetada y celebrada en todas sus formas.
La orientación sexual y la identidad de género son conceptos distintos. La orientación sexual se refiere a a quién te atrae romántica o sexualmente, mientras que la identidad de género se relaciona con quién te identificas (hombre, mujer, genderqueer, etc.). Ser transgénero, por ejemplo, implica que la identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer, mientras que ser gay, lesbiana o bisexual se refiere a orientación sexual.
Existen diversas identidades relacionadas con la orientación sexual:
El término queer se utiliza para abarcar una variedad de identidades sexuales y de género, excluyendo aquellas que son heterosexuales y cisgénero. Aunque en el pasado era un término peyorativo, actualmente algunas personas lo utilizan con orgullo. Es recomendable preguntar a las personas cómo prefieren identificarse.
La asexualidad se refiere a la falta de atracción sexual, aunque las personas asexuales pueden experimentar atracción romántica y tener relaciones sin que impliquen el sexo. No se debe confundir con el celibato, que es una elección. Dentro de la asexualidad hay diversas experiencias, como la gris-asexualidad o demisexualidad, que indican diferentes niveles y tipos de atracción sexual.
¿Qué pasa si no quiero que me etiqueten?
Es importante recordar que algunas personas no creen que estas etiquetas las describen con exactitud. A algunas personas no les gustan para nada las etiquetas. Otras personas se sienten cómodas con ciertas etiquetas pero no con otras. En realidad, tú eres quien decide qué etiqueta usar, si es que quieres usar una.
Si alguien no quiere ser etiquetado, eso es completamente válido. Las identidades de orientación sexual y género pueden cambiar a lo largo de la vida, y no es obligatorio adoptar una etiqueta.
Tu orientación sexual e identidad de género pueden ser las mismas siempre, o cambiar de acuerdo a cómo te sientas a lo largo de tu vida. No tienes que elegir una sola etiqueta. Es más, no tienes que elegir ninguna etiqueta si no lo deseas. Y tampoco hay razón por la que no puedas cambiar tus etiquetas conforme vas cambiando tú.
Cambiar la forma en que te identificas no quiere decir que estés "confundidx". Para muchas personas (viejas y jóvenes), quién les atrae y cómo se identifican pueden cambiar. Esto se llama "fluidez" y "fluidez de género".
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